Postulación: Escuela de Resiliencia de Mercociudades”

El impacto agudo de más alto rango en nuestro territorio son las inundaciones generadas por lluvias convectivas y/o sudestadas. Las mismas impactan negativamente en el ámbito social, ambiental y económico, generando fallas en la infraestructura, exposición a la contaminación que agravan las desigualdades económicas y sociales, como también, un incremento en el riesgo de la población a contraer enfermedades de origen hídrico (dermatitis, diarrea, dengue, entre otras).
La aceleración del cambio climático produce cambios en los patrones de inundación que afectan a nuestro Municipio, a su vez, esos impactos se acentúan con la falta de permeabilidad del terreno producto de las crecidas de las aguas subterráneas, la presencia de amplias zonas inundables y la falta de captación y conducción. La combinación de lluvias convectivas con sudestadas sacuden a nuestra ciudad, por lo cual suele ser complejo anticipar el accionar frente al evento.
Esto concluye en un aumento de las probabilidades de que se generen fenómenos cada vez más agresivos y devastadores para nuestra ciudad, a su vez mayor incertidumbre sobre las proyecciones para estimar los cambios en los eventos de precipitación extrema, que dificultan la implementación de medidas estratégicas adecuadas.

Nuestra tensión crónica más significativa es la degradación ambiental. Los problemas ambientales generados en las ciudades derivan, muchos veces, de la alta concentración demográfica en un espacio reducido y como consecuencia, la cantidad de recursos naturales necesarios para la población y la actividad urbana es enormemente superior al que la ciudad es capaz de producir.
El resultado de este excesivo uso del recurso es restituido al ambiente en forma de residuos y emisiones. Nuestra ciudad no se encuentra exenta: el uso elevado del suelo con masivas urbanizaciones sumado a un crecimiento en la densidad poblacional, genera pérdida de espacios verdes, elevada demanda energética, contaminación en todos los medios (aire, suelo, biota y agua).
El caso de la Cuenca Matanza Riachuelo, uno de los más significativos en nuestro territorio, dado que nos encontramos emplazados en la parte baja y actualmente sufrimos las consecuencias de su histórico y paulatino deterioro ambiental, el cual ha sido resultado de limitadas inversiones en infraestructura pública, deficiente gestión ambiental regional, nacional y provincial y de la falta de una adecuada planificación urbana e industrial.
Otros de los efectos en nuestro territorio es la presencia de basurales a cielo abierto, déficit arbóreo y barrios populares asentados en zonas inundables.

El último impacto significativo estuvo vinculado a las lluvias intensas registradas el día 24 de mayo del corriente año. En el marco de un trabajo colaborativo entre la Secretaría de Espacios y Servicios Públicos, Defensa Civil y la Secretaría de Desarrollo Social se puso en funcionamiento el protocolo de emergencia: preventivamente, se comunicó a través de todos los canales de difusión la alerta meteorológica con sus medidas precautorias, pasado el evento, se procedió a dar asistencia a las zonas más afectadas. Por último, para mitigar los efectos, se enviaron unidades desobstructoras, equipo operativo de barrido, cuadrillas de asistencia de higiene urbana, bomberos, personal de Defensa civil y asistencia crítica. A su vez se solucionaron problemas respecto a: árboles en peligro, cables en riesgo, postes y columnas inestables, residuos en vía pública que obstaculizaban el flujo del agua, causando el anegamiento de la calzada.

Si, creemos que el enfoque de resiliencia brindaría a nuestro Municipio una mayor perspectiva de la realidad, siendo que posibilitará la implementación de acciones estratégicas que enfrenten los principales desafíos de nuestro territorio, desde una mirada técnica, procedimental y metodológica.
Consideramos que para poder avanzar hacia la resiliencia urbana, debemos encontrarnos mejor preparados para responder frente a los múltiples impactos y vulnerabilidad a las que nos encontremos expuestos como ciudad.

No contamos con una estrategia de resiliencia en ejecución ni hasta el momento tenemos una.