- Patrícia Ney de Montezuma
- Alcaldía de Río de Janeiro
- patricia.montezuma@rio.rj.gov.br
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- Actualmente, soy Gerente de Investigación y Gestión Costera de la Fundación Rio-Águas, una agencia cuya misión es planificar y dotar a la ciudad de Río de Janeiro de sistemas de gestión de aguas pluviales destinados a controlar las inundaciones, mejorar la calidad de las masas de agua y promover el saneamiento, garantizando acciones sostenibles y beneficios directos para la población. He estado representando a Rio-Águas en el Centro de Operaciones y Resiliencia de Río de Janeiro, en la Red de Prevención "Río en la Reducción del Riesgo de Desastres - 3RD", así como en el Proyecto "Esse Rio é Meu", liderado por la Secretaría Municipal de Educación. La formación de la Escuela de Resiliencia de Mercocidades será una oportunidad para un rico intercambio de experiencias con colegas de otras localidades, a partir del cual espero poder añadir nuevas estrategias al trabajo desarrollado en la Alcaldía de Río de Janeiro, y ayudar a alcanzar los objetivos establecidos en el Plan Estratégico de la Alcaldía, que están alineados con el Plan Municipal de Desarrollo Sostenible y Acción por el Clima.
- Ingeniera Civil por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y Máster en Ingeniería Oceánica por el Instituto de Postgrado en Ingeniería e Investigación Alberto Luiz Coimbra/UFRJ.
- Río de Janeiro
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- Inundaciones | Fallo de infraestructura | Desprendimiento de tierras | Tsunami | Otro
- Infraestructura antigua | Pobreza | Desigualdades sociales y económicas | Otro
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Debido a su terreno bajo, su proximidad a la costa y su entorno de colinas, la ciudad se enfrenta a grandes retos para soportar episodios de precipitaciones extremas. Las zonas bajas y densamente urbanizadas reciben grandes volúmenes de agua en poco tiempo, que se acumula y tiene dificultades para drenarse. Como agravante, esta agua arrastra gran cantidad de sedimentos de las colinas y residuos sólidos vertidos inadecuadamente en la ciudad, lo que pone en peligro el funcionamiento del sistema de drenaje existente. Hay muchos ríos canalizados y cubiertos en la ciudad, y muchos de los ríos abiertos están confinados por edificios, lo que dificulta el drenaje y pone en peligro a sus ocupantes. Además de las inundaciones, otra gran amenaza son los corrimientos de tierras, que se producen sobre todo en laderas ocupadas irregularmente durante décadas. Muchas laderas están densamente ocupadas por comunidades de bajos ingresos, en situación de vulnerabilidad social y expuestas al riesgo de derrumbe de edificios y pérdida de vidas. En general, las lluvias provocan inundaciones en muchas partes de la ciudad, causando dificultades para desplazarse y acceder a los servicios, y muchas personas sin hogar en las zonas más afectadas.
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A largo plazo, los daños materiales y humanos causados por las inundaciones y los deslizamientos de tierra pueden agravar la pobreza de las familias afectadas y desplazadas por las precipitaciones extremas. Esto se debe a que estas personas terminan buscando viviendas más sencillas en zonas informales de la ciudad, provocando una densificación poblacional de los barrios marginales existentes o el surgimiento de otros nuevos, y comienzan a vivir en condiciones de menor calidad de vida y dignidad. Como consecuencia de esta migración, aumenta el problema crónico de la ocupación urbana desorganizada de la ciudad, lo que a su vez disminuye su resiliencia. Las zonas ocupadas informalmente suelen estar situadas en laderas o zonas ribereñas, donde dichas ocupaciones denudan o impermeabilizan el suelo, lo que implica la aceleración de la escorrentía de las aguas pluviales, aumentando la susceptibilidad a los corrimientos de tierras y a las inundaciones de las zonas bajas. Otro problema es el volumen de basura que se encuentra en los ríos y canales después de las lluvias, que es mayor en las cuencas donde hay comunidades informales con caminos muy estrechos y sin acceso para los recolectores de basura, que acaba bajando a los ríos con las lluvias y agravando el problema de las inundaciones.
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En Río de Janeiro, prácticamente todos los años, entre los meses de noviembre y abril, se registran lluvias con tiempos de recurrencia que superan la capacidad hidráulica máxima de los sistemas de macro y microdrenaje de la ciudad. El más significativo de estos eventos ocurrió entre los días 05 y 06/04/2010, cuando el Sistema Alerta Rio registró la mayor precipitación en 24h (360,2 mm). Esta lluvia grande, intensa y prolongada inundó y paralizó completamente la ciudad, ya que tardó mucho tiempo en drenar, por lo que la gente no podía circular. Este suceso dio lugar a la creación del Centro de Operaciones y Resiliencia (COR), que desde entonces reúne a diversas entidades que colaboran en el diagnóstico de problemas y vulnerabilidades, la planificación y la ejecución de acciones de forma integrada para preparar y minimizar los impactos de nuevos eventos extremos. Se crearon una serie de protocolos que posteriormente se aplicaron para orientar a la población sobre cómo actuar y protegerse. Como ejemplo, en las favelas se ha implantado un sistema de sirenas que alerta a los residentes para que abandonen sus casas y se dirijan a puntos de apoyo seguros, previamente establecidos, orientados y simulados con la comunidad.
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Muchos de los impactos sufridos por deslizamientos e inundaciones son consecuencia de la falta de planificación urbanística y de la ocupación desordenada de varias zonas de la ciudad. Dado que la reubicación de la población que vive en estas zonas y la renaturalización del paisaje es una medida de gran impacto social y económico, casi inviable para la realidad actual, apostar por medidas para aumentar la resiliencia es una forma de minimizar estos impactos sobre la población. Promover la capacidad de respuesta rápida y eficaz ante las catástrofes, mediante el desarrollo de planes de emergencia, formación y sistemas de alerta temprana, permite una evacuación más rápida y segura de las zonas afectadas, reduciendo el riesgo de pérdidas humanas. Además, basándose en la experiencia adquirida con los trastornos causados por la ocupación desordenada, las zonas que aún no están totalmente densificadas pueden ser objeto de planes de urbanización con restricciones de uso y definición de parámetros para preservar la capacidad local de resistir y recuperarse de impactos significativos. Este es el enfoque de la propuesta de integración de la Fundación Rio-Águas en el plan de trabajo de la asociación entre la Universidad Federal de Río de Janeiro y la Cátedra UNESCO de Drenaje Urbano en Regiones Costeras de Tierras Bajas.
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Como estrategia de resiliencia, el Municipio de Río prevé directrices y metas específicas para el tema "Cambio Climático y Resiliencia" dentro de su Plan Estratégico 2021-2024, que a su vez está alineado con el Plan de Desarrollo Sostenible y Acción por el Clima, establecido en 2021 con el objetivo central de construir políticas municipales alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, y así orientar las acciones del Municipio a lo largo de las diferentes administraciones. Además, desde 2010, la ciudad cuenta con el Centro de Operaciones y Resiliencia, que tiene la misión de monitorear e integrar las acciones públicas para reducir el impacto de las ocurrencias en el municipio de Río de Janeiro.
- Compromiso Institucional Rio de Janeiro - Escola de Resiliência