Postulación: Escuela de Resiliencia de Mercociudades”

La ciudad de Niterói, RJ, tiene 523 664 habitantes (IBGE 2023) y su relieve está constituido por un alto predominio de colinas costeras. Esta característica facilita la ocupación irregular de las laderas. Las colinas macizas que predominan en la parte sur del municipio forman varias sierras, mientras que la llanura costera más extensa comprende el área de las lagunas de Piratininga e Itaipú. Este hecho corrobora y conlleva ala ocurrencia de fuertes lluvias que provocan deslizamientos, principalmente durante el verano. Un ejemplo de gran deslizamiento de ladera en Niterói fue la tragedia del Morro do Bumba, en abril de 2010, que dejó 48 muertos y centenares de desaparecidos. En el año 2018, otro deslizamiento de tierra, causado tras episodios de fuertes lluvias también dejó 10 personas muertas en la comunidad de Morro Boa Esperança. Este tipo de desastres genera daños inestimables a la población en términos de daños materiales y pérdida de vidas humanas.

Además de deslizamientos, inundaciones, grandes crecidas e incendios forestales, la ciudad de Niterói enfrenta tensiones crónicas en relación a las consecuencias de estos eventos: residentes en áreas de riesgo, vulnerabilidad de las personas a los desastres, pérdida de vidas y bienes materiales, entre otros. La Defensa Civil ha tomado medidas para garantizar la protección y la seguridad de las personas en general, especialmente de las más vulnerables, como niños, ancianos, discapacitados, etc. En cuanto a los incendios forestales, como Niterói tiene más del 50% de su territorio cubierto por áreas verdes, la consecuencia de la pérdida de vegetación puede traer daños en cuanto a la reducción de la biodiversidad, muerte de animales tanto por pérdida de hábitat como por el propio evento del incendio, además de alteraciones del microclima y de la calidad del aire.

El desastre de Bumba, en abril de 2010, puede traducirse como una de las tragedias más importantes de Brasil. El hecho no fue famoso por el número de muertos, unas 50 personas y cientos de desaparecidos, sino por la construcción de la comunidad sobre un vertedero de basura. El corrimiento de tierras, que se produjo tras varios días de fuertes lluvias, se llevó por delante casas y toda la infraestructura de la comunidad de la colina. Normalmente, en los meses más calurosos del año, la región sureste sufre intensos y constantes sistemas frontales, hecho que provoca altos índices de precipitaciones. Sin embargo, el mes de abril de 2010 puede considerarse un evento extremo, debido a la gran cantidad de precipitaciones que, junto con factores sociales y urbanos, provocaron este desastre. Tras el suceso, las familias afectadas fueron inscritas para recibir un alquiler social pagado por el gobierno estatal y muchas recibieron viviendas en condominios construidos por el municipio en otras localidades. La zona de Morro do Bumba fue cerrada, pero algunos antiguos residentes han vuelto a instalarse en esta zona de riesgo.

Principalmente a través de la prevención y mitigación del suceso, así como a través de la preparación, buscando una respuesta positiva ante incendios y corrimientos de tierra o cualquier otro tipo de catástrofe. Algunas de las estrategias de resiliencia ante estos eventos se traducen en la comprensión de los riesgos, el fortalecimiento de la vigilancia de los mismos, su reducción y la mejora de la preparación ante desastres. Tras las acciones de respuesta, un enfoque resiliente en la gestión local consistirá en aplicar estrategias de reconstrucción inmediata, restableciendo lo antes posible los servicios básicos de la comunidad en relación con las infraestructuras, la salud, el medio ambiente y la economía. Esta planificación, desde la percepción del riesgo hasta las acciones de recuperación, aportará una sensación de seguridad a la comunidad y permitirá atenuar los impactos de nuevas catástrofes.

El Ayuntamiento de Niterói, a través de la Secretaría de Defensa Civil y Geotecnia, viene desarrollando estrategias de resiliencia frente a diferentes tipos de desastres e impactos ambientales. En el caso de los incendios forestales, la Secretaría planea lanzar un plan estratégico para la estación seca en la ciudad, que aumenta el riesgo de este tipo de ocurrencia, el Programa Niterói Contra Queimadas. El municipio se viene destacando en las acciones de Defensa Civil, invirtiendo en equipos de alta tecnología que permiten anticipar estrategias y tener una respuesta más rápida y eficaz a los eventos climáticos. También ha actuado y colaborado en la estructuración del sistema de defensa civil de otras ciudades y estados. Los planes relacionados con la resiliencia de Niterói implican no sólo situaciones de emergencia, sino también toda la parte de prevención. La Defensa Civil de Niterói viene actuando en varias zonas del país castigadas por desastres ambientales. El equipo cuenta con un personal técnico que incluye ingenieros civiles, arquitectos, geólogos, geógrafos, analistas geotécnicos y trabajadores sociales. El equipo de respuesta rápida se ha convertido en una referencia en el país en los últimos 10 años. La Secretaría de Defensa Civil también cuenta con unos 148 Nudecs (Núcleo de Defensa Civil de Niterói) y más de 2.600 voluntarios formados que trabajan en distintos puntos de la ciudad. Niterói también firmó un protocolo de intenciones con los Gobiernos Locales por la Sostenibilidad (Iclei), una red global que trabaja con más de 2 mil gobiernos locales y regionales comprometidos con el desarrollo urbano sostenible, y Waycarbon, que actúa en la solución de los desafíos de la sostenibilidad, los cambios globales que apuntan a la ecoeficiencia y la economía baja en carbono, para desarrollar un Plan de Adaptación, Mitigación y Resiliencia que guiará las acciones de Niterói en los próximos años. El plan contará con la participación directa de varios órganos de gestión municipal, como las Secretarías de Defensa Civil y Geotecnia, Clima y Medio Ambiente.